La adolescencia es una etapa llena de cambios: emociones intensas, decisiones importantes y muchas veces, desafíos en las relaciones o en la escuela. Enfrentar todo esto puede ser difícil, pero hay herramientas que pueden ayudarte a sentirte mejor. Una de las más efectivas es la terapia.

La pregunta que estoy seguro que te habrás hecho cientos de veces es ¿qué tipo de terapia es mejor para un adolescente? Pues bien, la respuesta es. tan sencilla como compleja. La mejor psicoterapia siempre es siempre la que funciona. Los estudios actuales muestran que no hay un model superior a otros. Por ello, considero que lo más importante es utilizar un enfoque contextual,  identificar el problema, analizar lo que hemos intentado hasta ahora, así como el objetivo y las expectativas que me propongo a corto y largo plazo, De esta manera y proporcionando un entorno seguro, adaptaremos el modelo a la persona, en lugar de adaptar la persona a un modelo específico. 

¿Cómo funciona la terapia para adolescentes? A través de sesiones donde puedes hablar de tus problemas en un espacio seguro y sin juicios. La terapia te ofrece un lugar para explorar tus pensamientos, entender tus emociones y aprender herramientas prácticas para manejarlas. Es más que solo hablar: es un proceso activo en el que trabajas con el terapeuta para encontrar soluciones.

Si alguna vez te has preguntado, ¿cómo saber si necesitas terapia?, la respuesta está en identificar cómo te sientes. Si estás constantemente triste, ansioso, si tienes problemas en la escuela o con tus amigos, o si simplemente sientes que las cosas te están sobrepasando, la terapia puede ser una gran ayuda. No se trata solo de solucionar problemas, sino de aprender a enfrentarlos de manera más saludable. 

Personalmente no creo que todo el mundo debe ir a terapia igual que uno va al gimnasio, ya que lo que a mi me sirve no tiene porqué servirte a ti, todos tenemos nuestro contexto e historia que son diferentes y nos hacen únicos. Por eso saber cuando debería un adolescente ir al psicólogo, es complicado a no ser que salten alarmas como las siguientes: Si notas que las emociones negativas duran más de lo normal, si te sientes desbordado o si tus relaciones están sufriendo, o simplemente si te apetece, ya que es algo por lo que no es necesario dar explicaciones a nadie. Ir al psicólogo no es una señal de debilidad, sino una manera de cuidar tu salud mental y emocional, tal como irías al médico si te doliera algo físico.

Entre otras cosas, en terapia podrás aprender a cómo mejorar la salud mental y emocional. Un buen comienzo es hablar de lo que sientes, pedir ayuda cuando lo necesitas y cuidar tu bienestar físico. Mantener una rutina de sueño saludable y que se adapte a tus necesidades, hacer ejercicio y encontrar tiempo para relajarte (hay muchas formas de relajarse, para uno puede significar un día tumbado en la playa y para otro una clase de crossfit) son formas sencillas de mejorar tu estado de ánimo. La terapia también te puede dar herramientas prácticas para manejar el estrés y las emociones intensas.